El repentino fallecimiento de la librera Conchita Quirós conmocionan la cultura ovetense y asturiana
El fallecimiento de la librera Conchita Quirós de manera repentina a los 85 años de edad ha conmocionado al mundo de las letras asturianas que pierde, en el año del centenario de la Librería Cervantes, a una de sus referentes. Desde el establecimiento del que Quirós era propietaria han querido convertir la efeméride en «un homenaje a su propietaria» y alma mater del negocio familiar.
Así lo ha explicado su sobrino Alfredo Quirós indicando que «Oviedo y Asturias pierden a unos de sus máximos exponentes de la cultura puesto que puso lo nuestro en el mapa nacional y supo traer aquí a lo más granado de la literatura».
El presidente del Principado, Adrián Barbón, también ha tenido unas palabras con Quirós. «Es una triste noticia el fallecimiento de Conchita, con la que tenía una gran amistad desde hace muchos años. Cervantes es una librería de referencia en mi vida y es muy triste que esta noticia coincida en el centenario de la librería», ha indicado Barbón.
De igual modo, el alcalde Alfredo Canteli, que se ha acercado al tanatorio a dar el pésame a los familiares de Quirós ha lamentado la pérdida. «Se nos fue Conchita, una referencia en Oviedo, una importante. Era una persona de la cultura muy querida siempre sensible para apoyar cualquier iniciativa», ha lamentado Canteli afirmando que se le recordará siempre como «una gran amiga y con mucho cariño».
También hasta Los Arenales se ha querido acercar la directora de la Fundación Princesa de Asturias Teresa Sanjurjo que ha añadido que el fallecimiento de Quirós es una «gran pérdida para la cultura».
Mar Prieto, presidenta de la Asociación de Libreros de Oviedo no podía ocultar el «disgusto» al conocer la noticia. «Se nos fue Alberto Polledo hace poco, otro de nuestros referentes y ahora se nos va la decana y toda su sabiduría», ha recordado. «La vamos a echar mucho de menos porque para LibrOviedo era el pilar básico junto con todas sus enseñanzas», ha añadido.
Desde primera hora de la mañana cuando trascendió la noticia del fallecimiento las redes sociales han servido de vehículo para que buena parte del gremio de libreros y las editoriales mostraran sus condolencias con la familia Quirós y la librería Cervantes.
Jorge Salvador Galindo responsable de la editorial Pez de Plata indicaba que «hoy es un día triste para los libros y para todas las personas que los amamos. Conchita Quirós ya no estará con nosotros para leer, pero nosotros lo haremos por ella».
El escritor y periodista Manuel Jabois escribía: «Tristísima noticia. Cuánto quería y cuidaba esta mujer a los libros, a los editores, a los autores».
Galería.
Estrechamente vinculada a Oviedo
Nacida en Pillarno, Castrillón, el pueblo natal de sus progenitores, el 21 de mayo de 1935, la vida de Conchita Quirós estuvo siempre estrechamente vinculada a Oviedo, donde se crió entre libros. La propia Concha decía a menudo que había heredado el carácter de su padre y de su madre, casi a partes iguales. De Don Alfredo, como le llaman los que le conocieron, tomó la vena literaria, la pasión por los libros. De su madre, Aurelia, su espíritu luchador, el no rendirse nunca ante las adversidades.
El fundador de Cervantes era un librepensador y un idealista que en 1921 decidió abrir una librería en la calle Doctor Casal, en una parcela próxima a su actual ubicación. Fue un tiempo después de su regreso de Cuba, desahuciado y, decían, cercano ya a su final. Nada más lejos de la realidad. En sus más de 90 años de vida construyó parte de la historia cultural de la ciudad.
El resto lo culminó su hija Concha, una mujer emprendedora, progresista, avanzada a su tiempo. La única de sus cuatro hijos que siguió el camino de las letras. Porque si Don Alfredo se arriesgó a vender libros prohibidos y a alimentar su pequeña trastienda «oculta» en la que crecieron literariamente muchos nombres que hoy conforman las letras asturianas, Concha prosiguió esa labor, ya en otras circunstancias sociales y políticas, hasta llegar al día de hoy, cuando su sobrino Alfredo continúa con su legado.
Numerosas distinciones
Licenciada en Magisterio y Filosofía y Letras, un acontecimiento que cambió su vida fue la decisión de irse a París, en el año 1968, con una beca del Gobierno francés para estudiar el sistema de gestión literaria y editorial en el país galo. De aquella etapa contaba numerosas anécdotas: ver por primera vez un centro comercial, volver desnutrida por el hambre que le hicieron pasar las monjas de la residencia en la que se hospedaba y obtener una beca de prácticas en varias librerías de París, Saint Etienne y Montepellier. Una época fundamental en su formación, en su futuro y en su carácter, porque, mientras lustraba suelos en una casa señorial parisina, en su cabeza se fue forjando la idea de construir una librería con varios pisos, dedicados a distintas temáticas. El espíritu de mayo del 68 se hacía fuerte en ella.
Así que a su regreso atesoró no pocas vivencias como librera y como empresaria en una época difícil para las mujeres. Por ejemplo, fue una de las primeras conductoras de Oviedo, y era saludada cada día por los guardias de tráfico de la época, que la animaban con un «Hale, hale, que hoy ya lo haces mejor que ayer». También le gustaba recordar el episodio de un banquero que no quería hablar con ella, sino con el hombre al frente del negocio.
Y, tras el debilitamiento de salud de su padre, que falleció en 1995, Concha tomó definitivamente las riendas. Y varias decisiones de calado. Por ejemplo, buscar un local más amplio y se acercarse a una clientela deseosa de novedades. O, más recientemente, organizar un foro cultural con una intensa actividad.
Una labor incansable que la hizo merecedora de numerosas distinciones. Tanto a ella como a su librería. Y, así, entre otros reconocimientos, el Gobierno del Principado concedió a Quirós la Medalla de Plata de Asturias en 2007.
Entre los hitos del establecimiento destacan también el impulso al Premio Tigre Juan, la fundación de la editorial Trea, la creación en 1996 del Premio Alfredo Quirós o la distinción de mejor librería del Año que le otorgó en 1996 la Federación del Gremio de Libreros de España.
Con la desaparición de Concha Quirós, quien también fuera orgullosa pregonera de San Mateo, la cultura asturiana pierde un referente, un motor cultural de la ciudad, a su librera decana. Una mujer pionera que consiguió colocar al establecimiento de Doctor Casal entre las diez primeras librerías de España en cuanto a volumen de ventas y que, en plena pandemia, estaba convencida de que «los libros llenan a la gente de fuerza en tiempos difíciles».